Por César G. Antón el "12-06-2023"
Justo antes de entrar por primera vez como escritor de una novela en la Feria del libro de Madrid, la periodista Marisu Moreno quedó a tomar un café conmigo cerca del retiro. Fue una charla distendida, en la que hablamos mucho del libro, de la vida y de viejos compañeros de batalla; alguno que ya no está, como Teo Lozano, uno de los periodista con más raza que yo he conocido.
Si quieres consultar la entrevista pincha en este enlace
Me quedó con un par de frases que destacó la periodista:
"No es un libro de moraleja, ni lo pretende, si hay un punto de asume tus acciones tira p'lante, vive feliz con lo que has hecho y no te chines mucho"
Me siento extraño cuando me preguntan por la moraleja del libro, porque no tiene, o por lo menos no pretende tenerla. Pero en las cuatro o cinco entrevista que ya me han hecho acaba saliendo la pregunta, una atropellada respuesta mía, y al final una sentencia escrita que cuando lo leo me hace sentir un poco de vergüenza. Ejemplo:
"Si te encelas en cambiar las cosas, igual no estás disfrutando de lo que tienes que disfrutar".
Leo estas coas, y no es que no tengan sentido, que lo tienen. Ni que no estén de alguna forma en la novela, que están. El problema es que me parecen frases de un libro de autoayuda. Y la única ayuda que pretende ofrecer 83 Segundos es que pases un buen rato, que te diviertas, que te emociones, que recuerdes con cariño una parte de tu pasado; nada más, y nada menos, que eso, que no es poco.